La historia de la marca Diego Boza comienza cuando Diego Ćngel Quispe Boza descubre que las personas admiran sus estampados en polos. Sus estudios en DiseƱo GrĆ”fico con la Beca 18 en Huancayo lo llevaron a emprender un proyecto de negocio que se vino abajo por la pandemia, pero como su sello personal era mĆ”s grande que las dificultades, decide abrir su propio taller que lo ha convertido en una joven promesa del mundo del cuero en el PerĆŗ.
Diego nació en una comunidad del distrito de Moya en Huancavelica, pero desde los tres aƱos fue llevado a la selva de Pangoa, en JunĆn, donde crece con el sueƱo de ser un agricultor, hasta que sus estudios superiores, gracias al Programa Nacional de Becas y CrĆ©dito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación, lo llevan a maravillarse por todas las posibilidades del diseƱo, desde lo digital hasta la serigrafĆa y la talabarterĆa.
“Desde niƱo quise ser un gran profesional. Cuando estudiĆ© en el instituto, me comprometĆ con mi carrera. Me pasaba horas y horas pintando, haciendo cuadros. HacĆa buenos trabajos”, cuenta Diego, que rĆ”pidamente fue reconocido en su rubro. Y asĆ obtuvo su primer trabajo: la confección de mĆ”s de cien polos verdes para sus compaƱeros en una campaƱa por el medioambiente.
Luego vendrĆan los chocolates. Junto a su hermana, quien estudiaba Industrias Alimentarias, empezaron un negocio de venta de estos dulces productos, donde Diego no solamente mostraba amplios conocimientos en el mundo del cacao –gracias a su experiencia en el campo, sembrando la tierra bajo el sol– sino que ademĆ”s llegó a apasionarse por diseƱar una envoltura que no fuese desechada sino conservada como algo preciado.
“El empaque se convierte en un principio significativo para diferenciar la marca Diego Boza. No solo debe proteger el producto, tambiĆ©n debe ser reutilizado como un cofre para guardar aquello que nos guste. Es asĆ que quise hacerlo mĆ”s resistente y llego a investigar sobre el oficio de la talabarterĆa (el tratado del cuero)”, narra el joven de 23 aƱos.
Lograba vender unos 300 chocolates por semana solo entre familiares y conocidos, sobre todo del centro de estudios, pero la llegada de la pandemia hizo que se perdiera el negocio. Y asĆ inicia el acercamiento al cuero viendo tutoriales en YouTube, donde aprende su belleza y las tĆ©cnicas necesarias para la confección de artĆculos en este material. Un llavero fue el inicio de todo y esto le motivó a seguir creando.
Solo basta ver los productos de la marca Diego Boza para admirar el gran acabado que inmediatamente enamora a sus clientes: billeteras, correas, morrales, cartucheras, bolsos, maletines y mochilas. Sus productos son confeccionados a mano. Una billetera puede tomarle todo un dĆa, dividiendo su tiempo con sus estudios, ya que en la actualidad sigue la carrera de Comunicaciones en la Universidad Nacional del Centro del PerĆŗ. No vende de forma masiva. Solo para conocidos. Ćl espera terminar de estudiar para tener un taller mĆ”s grande, salir a nivel nacional y dar trabajo a otras personas.
¿QuĆ© simboliza la marca Diego Boza? “El esfuerzo que uno hace, el trabajo, el tiempo que uno le dedica a hacer lo que le gusta”, responde Diego, ya que no se trata solo de talento, explica, sino tambiĆ©n de todas las horas que le dedicó para lograr una obra bien hecha.
“La vida se va. Es corta. Lo Ćŗnico que queda son los recuerdos. Y quĆ© mejor que crear una obra. Si estĆ”s triste, mira a tu alrededor. SĆ, lo he hecho yo, puedo hacer mĆ”s cosas, siempre hay algo por hacer”, explica, Diego, quien admira profundamente a su mamĆ”.
“Por ella tambiĆ©n estoy aquĆ. Ella era vendedora. VendĆa chicha cargando dos baldes. Me dolĆa en el alma cuando nadie le compraba. Pero me di cuenta que le gustaba. Hay dĆas buenos y hay dĆas malos, pero tĆŗ sigues, y con tu trabajo mueves la economĆa”, asegura el joven emprendedor, quien continĆŗa sonriendo, mientras construye poco a poco la gran obra que estĆ” soƱando ahora mismo.
Visita el Facebook de Diego: https://www.facebook.com/
Su Ɣlbum de fotos: https://www.flickr.com/photos/
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